lunes, 22 de octubre de 2012

loporzano

El casco urbano de esta población es de trazado irregular en el entramado de las calles y de alineación de los edificios que conforman plazuelas irregulares. Casales de portadas con arcos semicirculares o apuntados, con grandes dovelas de arenisca y en cuyas claves suele estar la fecha de construcción, coincidiendo en su mayor parte con el s. XVIII y un conjunto de piedras, armeras de los Serales, Aysas, Burriales, Sesés, Calvos, Francos e Isarres, dan a esta población una patina histórica. Dentro de su trama viaria un toque modernista lo aporta una bella fuente parisina que muestra un grupo escultórico en bronce.
Su
iglesia parroquial, dedicada a San Salvador, fue realizada por Hernando Abadía entre 1598 y 1601, si bien se ampliaría en el s SVIII. La planta de una nave con capillas laterales, de las cuales las del lado de la epístola está comunicadas entre sí. La bóveda de crucería de yeso endurecido en cuatro de sus tramos y estrellada en el presbiterio. La torre de cinco cuerpos, cúbicos y chapitel octogonal. Sobre la fachada lateral curiosa lápida funeraria de tipo popular arcaizante. La entrada al templo se realiza por una portada de medio punto sin adornos, acentuado el carácter sobrio de la fachada

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